La IA promete aumentar la productividad de todos los trabajadores (al menos de todos los que trabajen delante de una pantalla). Sin embargo en la vida real no acabamos de ver esa promesa cumplida. ¿Por qué?
Para escribir este texto me baso en las experiencias que me ha ido contando la gente. Por supuesto tener estadísticas siempre da más sensación de profesionalidad. Así que os remito a este artículo. Resumiendo, un 96% de los jefes piensan que la IA puede mejorar la productividad de su negocio pero un 47% de los trabajadores no saben que hacer con la IA y el 77% creen que con la IA tardan más en hacer su trabajo.
¿Cómo es posible? Porque por mucho que nos quieran vender lo contrario, lo cierto es que: La IA (la tecnología en general) no aumenta la productividad.
¿Cómo que no? Si la IA puede hacer el mismo trabajo que una persona en menor tiempo la productividad aumenta es obvio…si pero y es un gran pero. No basta con dejarles una IA a tus trabajadores y esperar que la productividad aumente mágicamente.
Para entenderlo vamos a viajar al pasado. Finales de los 80 principios de los 90. Las empresas descubren que los ordenadores pueden aumentar la productividad de cualquier oficina usando una cosa llamada «ofimática» (que igual en esa época no tenía ese nombre). Muchos trabajadores lo pasaron mal cuando sus empresas empezaron a exigirles que usaran los ordenadores. Para ellos era una herramienta nueva y completamente desconocida. Tampoco es que muchos superiores supieran de que iba eso, simplemente «aumentaba la productividad».
Pero, no es tan sencillo como simplemente «usar ofimática», para que la ofimática de verdad aumente la productividad es necesario adaptar el flujo de trabajo a las nuevas tecnologías. Si no la ofimática se limita a: meter lo datos en el ordenador, imprimirlos y continuar el mismo proceso pero con un papel impreso. Es necesario que todos puedan leer / editar el fichero, que este se pueda compartir entre lo trabajadores de forma sencilla. Necesitas: ordenadores, software, Internet, email, un sitio donde compartir los ficheros, formar a los usuarios, …
Con la IA pasa lo mismo, no puedes simplemente «soltar una IA» en la oficina y decirle «ser productivos». Hay que integrar ese servicio con el flujo de trabajo. Hay que saber que funciones va a realizar la IA y cómo va real izarlas. Por desgracia las historias que me cuentan son en plan: «hemos contratado este servicio, usarlo». Parece que los propios que han contratado el servicio no tienen muy claro que hacer con la IA.